por que siempre salgo mal en las fotos

Mejora tus poses y luce bien en las fotos con estos trucos expertos

Tomar una imagen. Observar el desenlace. Eliminarla al instante. Es un ciclo común que se repite en la mayoría de las personas al fotografiarse.

La imagen corporal y el aspecto superficial

La importancia de la imagen en nuestra sociedad y en nuestra propia percepción es innegable, ya que puede afectar a diversos aspectos de nuestra vida, desde las relaciones interpersonales hasta nuestra autoestima.

En el mundo actual, la imagen juega un papel fundamental en muchos aspectos de nuestra vida. Interactuar con los demás, conseguir un trabajo, encontrar una pareja... la apariencia de una persona puede transmitir una gran cantidad de información sobre ella y ser juzgada socialmente. Se nos anima a todos a presentarnos de la mejor manera en todos los aspectos de nuestra vida.

Este enfoque no solo se limita al exterior, sino que también se extiende al ámbito personal. Las personas buscan crear una imagen y autoconcepto positivos, y actúan para acercar su identidad a su ideal. El atractivo físico es uno de los aspectos más evidentes desde el exterior, por lo que muchas personas trabajan en él para sentirse mejor consigo mismas.

Sin embargo, a pesar de nuestros esfuerzos, es común sentir insatisfacción al ver una foto de nosotros mismos. A veces nos percibimos como atractivos y nos identificamos fácilmente, pero en otras ocasiones no nos gustamos, nos vemos extraños, diferentes e incluso "feos". Esta sensación puede tener diferentes causas, como una autoexigencia excesiva, baja autoestima o estar acostumbrados a vernos de manera diferente.

La importancia de la imagen en la sociedad y en nuestra propia percepción es innegable, ya que puede afectar a varios aspectos de nuestra vida, desde la forma en que nos relacionamos con los demás hasta nuestra autoestima.

La perspectiva

La mayoría de nosotros no consideramos que nuestra única forma de ver nuestro propio rostro es a través de espejos o superficies reflectantes. Esto significa que nuestra representación facial es casi siempre la misma: cercana, a la altura de nuestros ojos, frontal y ligeramente elevada. No tenemos una idea clara de cómo lucimos a diferentes distancias, desde abajo o desde arriba.

Sin embargo, la cámara y las demás personas nos ven desde distintos ángulos y perspectivas a los que no estamos acostumbrados. Por eso, a menudo nos llama la atención nuestra apariencia en una fotografía o para otra persona.

Cuestión de perspectiva

Perspectiva: el factor que altera nuestra apariencia en las fotos.

Comúnmente, nos es imposible observar nuestro rostro por cuenta propia, por lo que nuestra única referencia proviene de espejos y superficies reflejantes.

La clave está en el punto donde colocamos nuestra mirada: generalmente una posición elevada, a la altura de nuestros ojos y próxima a nosotros.

Sin embargo, rara vez nos vemos desde lejos, desde abajo o desde una posición superior a nuestros ojos. En consecuencia, la imagen que captura la cámara y la percepción de los demás pueden ser diferentes, al mostrarnos desde perspectivas poco habituales.

La razón detrás de mi apariencia menos favorecida en las fotografías

Opciones para un aspecto diferente en la cámara:

Aparte de los espejos, existen otras causas que pueden afectar tu apariencia en una foto.

Asimetría facial:

Nuestros rostros nunca son completamente simétricos. Al ver nuestra imagen en un selfie, el cambio de perspectiva puede dar la impresión de una mayor asimetría. Esto se debe a que nuestro cerebro se ha acostumbrado a vernos desde ciertos ángulos, y la imagen en el selfie no coincide con ellos, creando una sensación de rechazo.

Distorsión de la lente:

También se puede culpar a la cámara en esta situación. Las cámaras más económicas o antiguas pueden producir distorsiones en las fotos. Al tomar una selfie, tu rostro en 3D se convierte en una imagen bidimensional, lo que puede cambiar tus proporciones y hacer que parezcas más plano de lo normal. Pero no hay de qué preocuparse, ya que las cámaras de alta calidad no tienen este problema. Asegúrate de no usar tu viejo iPhone 4 para tus selfies.

La cámara es la verdadera culpable

¿La verdad sobre nuestras malas fotos? No es solo una excusa. Parte de la culpa de por qué no nos vemos bien en las fotografías, y a veces incluso nos vemos poco agraciados, tiene que ver con la herramienta utilizada para retratarnos. Las lentes de las cámaras no son iguales a nuestros ojos, lo que afecta al resultado final de la imagen.

Al igual que sucede con los espejos cóncavos o convexos, la lente utilizada puede hacer que la imagen se vea ligeramente diferente a como la vemos con nuestros ojos. Dependiendo del tipo de lente, los elementos en la foto pueden parecer más pequeños o aplanados, alterando su tamaño o apariencia.

Además, factores como la iluminación, la nitidez y la perspectiva también influyen en cómo nos vemos en las fotos. Pueden exagerar o disimular aspectos que no nos gustan de nosotros mismos.

La forma en que nos retratan influye en cómo nos vemos en las fotografías. Al final, no somos tan malos modelos como parece, solo estamos siendo retratados de manera diferente a como nos percibimos con nuestros propios ojos.

La lente no es una pupila

Existen ocasiones en las que la responsabilidad de una mala fotografía no recae únicamente en la cámara. A veces, el motivo de vernos distintos en las imágenes puede ser el propio aparato que nos retrata.

Al igual que los espejos, cuyo efecto puede modificar la imagen según si son cóncavos o convexos, las lentes de las cámaras también pueden distorsionar la apariencia de las personas.

Esto se debe a que algunas lentes muestran objetos lejanos en menor tamaño de lo que realmente son, mientras que otras aplanan los elementos fotografiados, alterando su volumen y proporciones.

Un ejemplo común de este efecto se observa en las fotografías de conciertos, donde el escenario puede aparecer más alejado de lo que percibimos en la realidad.

La Influencia de la Mera Familiaridad

Una de las principales razones psicológicas detrás de este fenómeno es el Efecto de Mera Exposición. Este efecto se refiere al aumento o disminución del gusto o disgusto hacia un estímulo específico (rostros, música, etc.) a medida que nos exponemos repetidamente a él.

Como mencionamos anteriormente, estamos acostumbrados a ver nuestra propia imagen desde la misma perspectiva la mayor parte del tiempo. Sin embargo, esta no es nuestra verdadera imagen, sino su reflejo. Las cámaras, por otro lado, nos muestran una perspectiva más "real" y por eso puede parecernos algo diferente a lo que estamos acostumbrados.

Es similar a cuando escuchamos nuestra voz grabada. Nos suena extraña porque no es el mismo sonido que escuchamos en nuestra mente toda la vida.

Influencias de la autoestima en la toma de decisiones

Al explicar por qué nos vemos poco favorecidos en las fotografías, es importante mencionar nuestra autoestima como un factor clave. Según diversos estudios y experimentos, aquellos con una alta autoestima suelen verse peor en las fotos.

¿Por qué ocurre esto? Nuestro subconsciente busca mantener un estado de bienestar interno, lo que nos hace intentar identificarnos con una imagen positiva de nosotros mismos que suele ser un poco superior a la real. Al ver la fotografía, nuestra autoimagen mejorada inconscientemente se ve negada en cierta medida, lo que nos lleva a creer que hemos salido mal en la foto.

Este efecto también se extiende a aquellas personas, objetos o estímulos que nos generan afecto. Al estar conectados con algo o alguien que apreciamos, nuestra percepción de su imagen tiende a mejorarse subjetivamente. No obstante, en estos casos, el afecto puede llegar a distorsionar la imagen objetiva (ya que tendemos a ver a esa persona u objeto de manera similar a como lo muestra la cámara).

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