Miguel Lago y su posición en la política una sorprendente revelación

Recientemente, Miguel Lago ha generado una gran controversia debido a sus declaraciones en los programas de televisión "Y ahora Sonsoles" y "El Hormiguero". Especialmente en este último, donde forma parte de una mesa de debate sobre temas de actualidad, ha sido objeto de fuertes críticas por sus constantes ataques al gobierno liderado por Pedro Sánchez.

Su debut

A sus 18 años, Miguel Lago se lanzó al mundo del humor participando en la competición amateur del famoso programa de televisión El club de la comedia en el año 2000. Al mismo tiempo, estudiaba para convertirse en actor en Madrid, después de su paso por la prestigiosa Escola de Teatro de Narón en A Coruña.

Su primer papel como actor fue en el Teatro Español de Madrid, donde interpretó al famoso personaje de Julio César. Sin embargo, su pasión por la interpretación había nacido años antes, cuando se unió al grupo de teatro universitario del Campus de Esteiro de la UDC.

Desde entonces, ha tenido una exitosa carrera en la que poco a poco ha sido reconocido como uno de los mejores cómicos del país por su estilo desenfadado y sin censura. Miguel Lago ha equilibrado su experiencia en el escenario y en salas con otros trabajos como actor, como por ejemplo su participación en el popular programa Curso del 63 o en la serie de Netflix Las...

Miguel Lago Fui víctima de un trato injusto

El famoso cómico Miguel Lago ha revelado que la carga de tener que hacer un programa diario enfocado en la política, junto con la repercusión que tenía en las redes sociales, le causó problemas en su estabilidad emocional. "Después de tres años y 800 programas, llegué a un punto de agotamiento. La presión de tener que ofrecer un programa diario con una temática polémica generaba un enorme desgaste", confirma.

El humorista gallego explica que había momentos en los que se sentía injustamente tratado debido a las reacciones que sus bromas y chistes provocaban en el público, ya que él simplemente se limitaba a hacer su trabajo sin tomar posición alguna. Lago aclara que se refiere exclusivamente a la respuesta del público y no al trato con sus compañeros. "Nunca me faltó el respeto ni tuve problemas con el resto de colaboradores", agrega.

Lago recuerda que nadie se despide de la televisión con un gran contrato y él no fue la excepción. "Me fui a casa y tuve un parón necesario", confiesa. Sin embargo, posteriormente le surgieron más proyectos. "Ya no era feliz. Esta oportunidad es efímera y debemos aprovecharla al máximo, por eso decidí abandonar el programa, además, en un estado de salud delicado diagnosticado como trastorno ansioso-depresivo", revela.

A pesar de sentirse injustamente tratado en ocasiones, asegura que no tuvo problemas con sus compañeros. Tras tomar la decisión de dejar el programa, tuvo un periodo de descanso y más tarde continuó con nuevos proyectos.

Miguel Lago completamente satisfecho en su participación en El Hormiguero

Miguel Lago revela que a pesar de que este problema no era nuevo para él, ya que venía arrastrándolo desde hace tiempo, finalmente tuvo que tomar cartas en el asunto y pedir ayuda profesional. En sus propias palabras: “Es una olla a presión que de repente un día explota”.

El cómico tomó la decisión de detener todo y enfocarse en cuidar su salud mental. Gracias a esa pausa y a la ayuda recibida, logró equilibrarse nuevamente. No solo eso, sino que también tuvo la “enorme fortuna” de ser contratado por el programa de televisión El Hormiguero, lo que le ha brindado felicidad. Lago asegura: “Soy feliz”.

Desde que empezó a trabajar en dicho programa, ha notado una gran mejoría en su estado de salud. No quiere comparar, pero es inevitable no mencionar que estar en El Hormiguero le ha servido como una terapia.

Todo esto demuestra que es importante cuidar de uno mismo y tomar medidas cuando la situación lo requiere. No hay que tener miedo de pedir ayuda ni de detenernos para recuperar nuestra salud mental. En palabras de Miguel Lago: “Es mejor parar a tiempo que explotar más adelante”.

Sonadas polémicas

Conforme crecía su popularidad y exposición, también aumentaban las críticas hacia él. Lago, ávido de traspasar las fronteras de lo políticamente correcto, ha protagonizado sonados escándalos. Uno de ellos tiene que ver con la forma en que se refiere a su hijo adoptado.

El humorista compartió en La Roca: "Le digo a mi hijo, que es negro, que es negro porque es negro. Lo irónico sería que le gritara 'negro' si no lo fuera". Añadió: "Cuando hago chistes sobre negros, la gente me llama racista. ¿Cómo puedo serlo si he traído a un niño negro a mi hogar?"

Más tarde, en una entrevista con El Español, Lago volvió a abordar esta controversia. Lejos de retractarse, se defendió: "Sí, hago humor racista. Pero eso no me hace ser racista". Explicó: "Si alguien me llama racista, me da la bienvenida. ¿Cómo puedo ser racista si..."

TELEVISIÓN

Miguel Lago, un conocido tertuliano y humorista de 42 años, se ha convertido en tendencia en España tras su última intervención en el programa 'El Hormiguero', presentado por Pablo Motos y antes conocido como Twitter. En ella, estalló públicamente en contra de Pedro Sánchez, actual presidente del gobierno.
De entrada y con firmeza, Miguel Lago quiso dejar claro que nunca ha votado ni votará a Sánchez. Sin embargo, considera importante que en un programa como 'El Hormiguero', en el que el objetivo es debatir y expresar opiniones claramente, cada uno tenga su propia postura respecto al tema.
Por otro lado, el humorista no dudó en señalar que, aunque Sánchez sea su presidente, no está de acuerdo con él y su forma de hacer las cosas. De hecho, considera que el gobierno está poniendo a los ciudadanos en una situación en la que se sienten inferiores e injustamente tratados, ya que, según Lago, se les priva de ciertos derechos y se les considera ciudadanos de segunda clase.
En su discurso, Miguel Lago también quiso hacer hincapié en que cree en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Sin embargo, denunció que ahora hay personas que, por encima del resto, tienen privilegios y no se les juzga de la misma forma. Como ejemplo, mencionó el caso de un gobernante que puede cometer un delito y no ir a la cárcel, mientras que un ciudadano corriente no tendría esa misma suerte.

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