Lilit origen y papel en la historia de la Biblia según la tradición judeocristiana
La leyenda de Lilit o Lilith (que proviene del sánscrito lilitu y del latín לילית) es una de las historias más conocidas de la mitología de Babilonia y del folclore demoníaco judaico. Lilith es una figura que ha sido mencionada en las antiguas religiones mesopotámicas desde el III milenio a. C. y que se cree que fue adoptada más tarde por la mitología judía, posiblemente influenciada por los babilonios durante su exilio.[2] Al parecer, se hace referencia a ella en textos hebreos como el Libro de Isaías,[3] y en mitos tardíos de la mitología mandea y judía a partir del siglo V d. C. Se conocen a los descendientes de Lilith como lilim.[4]
Del Imperio Babilónico a las Sagradas Escrituras
Una teoría sugiere que el ser creado en un principio era andrógino, una criatura que poseía características tanto masculinas como femeninas y que posteriormente fue separada.
Aunque esta idea ganó terreno rápidamente, no se asoció con Lilith hasta mucho después, a pesar de que su figura ya existía en la imaginación de la región desde al menos mil quinientos años antes de que se comenzara a escribir la Biblia (entre los siglos VI y V a.C.).
El primer registro de su nombre aparece en la "Epopeya de Gilgamesh", la obra épica más antigua conocida, así como en el "Huluppu-Tree", un poema épico sumerio hallado en una tablilla en Ur que data del año 2000 a.C. aproximadamente.
Influencia culturaleditar
La figura de Lilith como símbolo de la igualdad de género
Según el mito sumerio, Lilit es una diosa independiente asociada a la oscuridad y temida por los hombres. En contraste, en el mito hebraico, se la representa como una figura igual al hombre, creada a su semejanza. Al ver que Adán exigía sometimiento, ella se rebeló y lo abandonó, convirtiéndose en la primera mujer libre y madre de muchos hijos.
Esta historia, tradicionalmente considerada como una representación de la "mujer fatal", ha sido utilizada en el arte a lo largo de la historia como un símbolo de la igualdad de género. A finales del siglo XIX, algunos artistas prerrafaelitas la usaron como respuesta al movimiento de emancipación de las mujeres, añadiendo un toque de miedo y extravagancia a la representación de la mujer "fatal" o "femme fatale".
En la época contemporánea, la figura de Lilith ha inspirado a los movimientos feministas. En los años setenta, en Francia, algunas militantes del grupo "La causa de las mujeres" tomaron a Lilith y su imagen como un símbolo de su lucha por la igualdad de género. La contrafigura de Eva, que según la Biblia fue creada a partir de la costilla de Adán para ser sumisa, se ve contrastada por la figura de Lilith, quien fue creada a partir del mismo material que Adán y, por lo tanto, se considera igual a él en vez de subordinada.
Mitos en distintas culturas judía mesopotámica y sumeria
Algunas teorías rabínicas sugieren que, según La Biblia, Lilith aparentemente existe como una presencia subyacente en la narración de la creación de la tierra. Sin embargo, el Judaísmo no la considera parte de su religión, aunque se la relaciona con el concepto del mal y el erotismo femenino.
Según ABC Cultura, la interpretación de Lilith como una encarnación de la belleza maligna y la madre del adulterio viene de la comparación con el relato bíblico. Algunas suposiciones rabínicas sostienen que Lilith fue la primera esposa de Adán y se convirtió en un demonio que robaba niños después de abandonar el Edén.
De acuerdo con ACB, se han encontrado historias similares a la de Lilith en la mitología sumeria. El arqueólogo Reginald Campbell Thompson afirma que en Mesopotamia existían figuras mitológicas de mujeres con características similares a Lilith, mitad humanas y mitad divinidades.
Además, Campbell señala que estas historias también forman parte de la mitología mesopotámica, donde se describe a mujeres con las mismas características que Lilith. Algunas de estas mujeres tenían la habilidad de presagiar el futuro y controlar a los hombres con su poder seductor.
Diferencias irreconciliables
En el relato de "El alfabeto de Ben Sirá", se presenta a Lilith como la figura principal de un suceso en el cual Ben Sirá acude al palacio del rey Nabucodonosor en Babilonia para atender a su hijo enfermo. Allí, utiliza un amuleto con los nombres de tres Ángeles de la Salud: Senoy, Sansenoy y Semangelof. Al ser preguntado por el rey acerca de estos Ángeles, Ben Sirá le cuenta una historia sobre la creación de Adán y Lilith por parte de Dios.
Según Ben Sirá, poco después de ser creados por Dios, Adán y Lilith empezaron a discutir acerca de su posición en la relación. Adán insistía en que Lilith debería estar abajo, en una posición inferior, mientras que él debería estar arriba, en una posición superior. Esta actitud de superioridad por parte de Adán, es algo recurrente en muchas culturas y sociedades a lo largo de la historia. Sin embargo, Lilith no aceptaba esta desigualdad y reivindicaba su derecho a estar en una posición de igualdad con Adán.
La historia de "El alfabeto de Ben Sirá" nos presenta a Lilith como una figura femenina fuerte y valiente, que lucha por sus derechos y no se conforma con una posición subordinada. Su nombre se ha convertido en un símbolo de resistencia y empoderamiento de la mujer, representando la lucha contra la discriminación y la desigualdad de género.
Por lo tanto, es importante destacar la figura de Lilith en este relato, ya que su protagonismo y rebeldía nos enseñan que todas las personas, independientemente de su género, deben ser tratadas con igualdad y respeto. Además, su presencia en el episodio del amuleto nos deja una enseñanza sobre la importancia de la salud y de cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.