
La ubicación de la temperatura más baja del mundo y su registro histórico
Hace 38 años, una lectura record fue registrada en la estación meteorológica de Vostok, en la Antártida, cuando el termómetro alcanzó los -89,2 ºC. Esta cifra sigue siendo la temperatura más baja jamás registrada en la historia de nuestro planeta. ¿Qué factores contribuyeron a alcanzar esta temperatura excepcional? ¿Y por qué se produjo en el mes de julio?
El récord de frío más extremo del planeta
En la Antártida, los científicos han presenciado temperaturas por debajo de los -90 ºC cada invierno en una amplia región de la meseta, una sorprendente realidad que ha desconcertado a muchos. Según una investigación dirigida por Ted Scambos del Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo, no solo son necesarios cielos despejados para alcanzar estas temperaturas extremadamente frías, sino que también se requiere un nivel extremadamente bajo de humedad en el aire. Esto se debe a que el vapor de agua actúa como aislante y evita que el calor se escape de la superficie de la nieve.
De hecho, según los científicos, existe un récord de -98 ºC en la superficie terrestre como la temperatura más baja que puede llegar a experimentarse. Esto significa que, para que las temperaturas desciendan tanto, es necesario que se den ciertas condiciones específicas, como cielos despejados y aire seco persistente durante varios días. Esta investigación es una prueba más de lo extremas que pueden ser las condiciones en la Antártida y cómo las condiciones atmosféricas pueden influir en la temperatura de la superficie terrestre.
La explicación detrás de la temperatura más baja registrada en la Antártida
El continente de la Antártida y el Ártico comparten su localización en los polos, donde la intensidad de la radiación es menor debido a la inclinación del eje terrestre y aún más acentuada durante los meses de invierno.
Sin embargo, hay una marcada diferencia en las temperaturas extremas entre la Antártida y el Ártico: ¿por qué sucede esto?
Uno de los factores responsables de las bajas temperaturas en la Antártida es el albedo, que representa la capacidad de una superficie para reflejar la radiación solar. Las grandes capas de hielo en la Antártida reflejan del 80% al 90% de la energía solar recibida, que ya es menor que en otras latitudes.
El destino que nos reserva el porvenir
A pesar de que en la época del cambio climático se focaliza en los máximos históricos de temperatura, es crucial no olvidar este récord frío, lo cual nos recuerda los llamativos contrastes presentes en nuestro planeta y los extremos valores, tanto en frío como en calor, que traerá consigo el cambio climático y serán cada vez más frecuentes en el porvenir.
Descubre los extremos históricos de temperatura más fría registrados recientemente
Indiscutiblemente, el frío es una realidad constante en la Antártida y es imposible determinar si hace miles de años se registraron temperaturas inferiores a -98,6ºC.
Sin embargo, gracias al avance tecnológico y a los profesionales de diferentes partes del mundo que han emprendido investigaciones sobre este fenómeno, el continente "blanco" ha sido testigo de numerosos récords.
Tanto es así que, además del actual, los dos registros históricos de temperatura más bajas de la historia tuvieron lugar durante el invierno antártico.
Qué condiciones son necesarias para alcanzar estas altas temperaturas
La Antártida alcanzó una temperatura de -98,6ºC gracias al interés y estudio de los científicos, quienes aprovechan estas situaciones para entender las causas de un frío tan extremo.
Es cierto que muchas personas solo se enfocan en la cifra cuando se habla de temperaturas extremadamente bajas, pero los científicos van más allá y utilizan estos eventos para investigar y analizar las condiciones que lo generan.
En este sentido, se han realizado exhaustivos estudios comparativos entre antiguos récords de temperaturas bajas, la cifra actual de -98,6ºC y hasta proyecciones futuras para confirmar las razones detrás de este fenómeno.
De esta manera, los científicos han concluido que la Antártida alcanzó los -98,6ºC debido a ciertos factores específicos, que han podido determinar gracias a su interés y dedicación en el estudio de estas situaciones extremas.
Récord de frío en Bogotá durante el año
El lugar más frío registrado en la Tierra es la Antártida, específicamente en la estación de investigación rusa Vostok. En 1983, se registró una temperatura récord de -89.2 grados Celsius.
Este clima extremo tiene un impacto significativo en los ecosistemas de la región. Aunque la vida en la Antártida está adaptada a las bajas temperaturas, el frío extremo puede ser un gran desafío incluso para estas especies. Muchos organismos tienen mecanismos de supervivencia especializados, como la producción de sustancias anticongelantes en su sangre o la capacidad de sobrevivir en estado de hibernación durante largos períodos de tiempo.
Además del impacto en la vida animal, el frío extremo también afecta la disponibilidad de agua líquida. En la Antártida, gran parte del agua está congelada en forma de hielo, lo que limita la cantidad de agua disponible para los organismos. Asimismo, las bajas temperaturas dificultan la absorción de agua por parte de las plantas, lo que limita su crecimiento y desarrollo.
Resistencia del organismo al frío extremo Hasta dónde puede llegar
La resistencia del cuerpo humano ante temperaturas extremadamente bajas es un tema que genera muchas preguntas.
Sin embargo, la respuesta es clara: nuestro organismo no está preparado para enfrentar un frío tan intenso.
Diversos estudios realizados en todo el mundo demuestran que pasar más de 30 minutos en condiciones de -40ºC o menos puede ser mortal si no se toman las medidas adecuadas.
Es decir, a partir de estos valores, el cuerpo humano empieza a sufrir los efectos del frío extremo.
En un clima tan riguroso, es normal que los ojos comiencen a llorar y que el pelo, la nariz y la boca se congelen si no se protegen debidamente.
La calidez como medida extremadamente reducida
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En el año 2013, un equipo liderado por el científico Ted Scambos realizó un estudio basado en datos de satélites de observación de la Tierra. El objetivo era comprobar si en la meseta antártica se podía registrar una temperatura aún más baja que en la conocida Base Vostok. El análisis se centró en que las estaciones meteorológicas no pueden capturar todas las temperaturas existentes en la región antártica.
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